Señores directivos que
nos acompañan en la mesa principal, apreciadas y apreciados estudiantes, profesoras,
profesores y familiares de nuestros estudiantes que se encuentran en el
auditorio, reciban todos un cordial y afectuoso saludo franciscano de paz y
bien.
Hoy nos reunimos
nuevamente para llevar a cabo esta ceremonia especial donde hacemos entrega de
las menciones de honor, dando así cumplimiento a tres objetivos: el primero de
ellos, cumplir con lo establecido en el Reglamento Estudiantil, en sus artículos
86 y 87, por los cuales se reglamenta y se define lo que para la Universidad de
San Buenaventura Cali es la Distinción Mención de Honor; el segundo objetivo,
premiar con una beca a aquellos estudiantes de cada programa académico que han
obtenido el más alto puntaje ponderado en cada uno de los programas que ofrece
la universidad y el tercero, la exaltación y el significado que la Distinción
Mención de Honor debe tener para todos los estudiantes y para nuestra Universidad.
Quiero detenerme en este
tercer objetivo por considerarlo el más importante, pues nos permite hacernos
varias preguntas, entre ellas ¿qué es una distinción? ¿Por qué se debe distinguir
el buen rendimiento académico de un estudiante? ¿Qué significado tiene la Distinción
Mención de Honor?
Las anteriores
preguntas, entre otras, nos deben llevar a reflexiones particulares que nos permitan
clarificar y ponderar el significado de esta ceremonia que semestre a semestre
realizamos.
De la primera pregunta ¿qué
es una distinción?, podemos decir que es el reconocimiento que una persona o un
grupo de personas hace para destacar, ponderar, engrandecer o exaltar a alguien
o a algo que consideramos cumple con las virtudes o características que lo hacen
diferente de los otros; para esta ocasión en particular, distinguimos a
aquellos estudiantes que han tenido un excelente desempeño académico, el cual
se ve reflejado en las calificaciones obtenidas que en cada uno de los cursos
de su semestre.
Lo anterior nos permite dar
respuesta a la segunda pregunta, al afirmar que necesitamos distinguir el
rendimiento académico de un estudiante para exaltar sus logros, para reconocer
su esfuerzo, para valorar su trabajo y, sobre todo, para motivarlo a que siga
dando lo mejor de sí en su proceso de formación personal, como ejemplo a sus compañeros.
Si lo que he dicho hasta
el momento nos explica lo que es una distinción y por qué distinguir a alguien,
es necesario anotar también que la Distinción Mención de Honor para quienes la
reciben cobra un sentido especial, pues es el compromiso que ese estudiante
adquiere, en primer lugar, consigo mismo, pero también el compromiso fraterno y
humano de poner al servicio de quienes le rodean su saber, de lo contrario,
perdería valor el reconocimiento que la comunidad le hace, pues de nada nos
sirve exaltar lo individual alejado de la vida en comunidad y del compromiso
que como universidad tenemos en la corporatividad y la universalidad del saber,
pues ese saber no se construye en abstracto, no se elabora de manera aislada,
sólo se produce en la conjunción humana y corresponsal de la cercanía con Dios,
con el otro y con la naturaleza.
Entonces, exaltar el
buen rendimiento académico es mucho más que recibir un diploma o una beca en
una ceremonia especial. Recibir la Distinción Mención de Honor lleva implícito
las relaciones personales en esa construcción permanente de saberes y la
generosidad al compartir y poner al servicio de los demás lo aprendido, pues no
tiene ningún mérito aprender para sí mismo. La vida profesional implica el
trabajo mancomunado y de equipo donde cada uno aporta sus saberes y
experiencias para el bien común. Con el saber no se puede ser egoísta, saber
que no se comparte simplemente no existe.
Si bien es un derecho
que en nuestra Universidad tienen todos los estudiantes a que se les otorgue
menciones de honor, es también un deber de quien la recibe seguir trabajando
para alcanzar cada vez mejores resultados poniéndolos al servicio de sus
semejantes.
En esta reflexión también
podríamos cuestionarnos por qué unos estudiantes se esfuerzan más que otros, ¿cuáles
son sus motivaciones? En esto encontramos varias respuestas como por ejemplo:
sus motivaciones personales, el deseo de superación, la necesidad de alcanzar
una beca, el deseo de competir y de ganar. En este sentido hago un llamado de
atención para que pongamos nuestras capacidades de manera desinteresada al
servicio de los demás, para que cumplamos con nuestras responsabilidades con
amor y con gusto en todo lo que hacemos, sólo así recogeremos grandes frutos
como los que hoy estamos cosechando.
Para terminar quiero
referirme a las becas universitarias que hoy entregaremos, las cuales, tienen
un significado especial que trasciende lo económico y que depende de la actitud
desprevenida con la que la reciban, del significado que cada uno de ustedes le
dé, de lo que representa socialmente y de la importancia que le den, pues
ganarse una beca es una distinción y un reconocimiento más a todo lo que he
expresado el día de hoy.
Las becas universitarias
representan un ideal a alcanzar que se traduce en aprendizajes, en
experiencias, en saberes y, sobre todo, en crecimiento personal, pues nos
hacemos grandes en la medida que somos capaces de aprovechar las oportunidades
que la vida nos da para aprender y darnos a los demás, esa es la mejor beca que
podemos recibir, pues nuestros saberes son lo único que verdaderamente nos
pertenece y que nadie nos puede quitar.
Felicitaciones a todos
aquellos estudiantes que recibirán la Distinción Mención de Honor con el
significado que he expuesto en este día, el cual debe llenarlos de orgullo, lo
mismo que a sus familiares y profesores.
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